El día que nació el guindo fue el día en el que la princesa conquistó sus sueños.
Un minúsculo tallo verdoso asomaba entre la tierra de una pequeña maceta. Una
pequeña maceta, que aún así parecía un océano sin horizonte para la diminuta
plantita. En su casita, montada entre ilusiones, necesidad e imaginación, había
nacido vida.
Con
un precipitado sueño palpitando junto al corazón, la princesa había abandonado
su castillo para construirse un humilde refugio en el que poder proclamarse
reina. Un aventurado viaje hacia cualquier otra parte.
Pero
la corona que cubría su cabeza no se desvanece. Brilla como aquel día en que su
madre la colocó sobre ella iniciándola en un camino lleno de esperanzas. Ahora
la princesa ha crecido, y ha cambiado su trono por un moderno puff en el medio
del salón, sus cómodos aposentos por un hundido colchón de 90, y su lujoso
carruaje por una bicicleta con cestita.
Ahora
ya no es sólo una princesa. Ahora es niña cuando juega a ser mujer, mujer
cuando desea ser niña, amante cuando se lo propone y amada cuando menos se lo
espera.
Su
príncipe, un músico que ahora mismo, a sus espaldas, canta las canciones que
aún no ha compuesto para ella, plantó el futuro en aquella maceta de la que
ahora despiertan unos alegres guindos, guinditos. Los guinditos más mimados del
planeta.
El
nuevo castillo de la princesa es pequeñito. Nada de especial lo adorna. Pero es
suyo, y eso lo hace infinitamente especial. Situado en tierra de naranjos,
recibe el aroma del mar al asomarse por la ventana y la luz de una preciosa
luna llena que parece aún más rotunda cuando se la mira desde lo alto del
torreón.
Al
castillo de la princesa aún le faltan muros por construir, no sabe de
estructuras y apenas se mantiene en pie si no es por la telaraña de ilusiones
que la envuelve. Pero eso es suficiente para la princesa, que sólo sueña con
volar sobre un mar de fantasías. Porque hoy es el día en el que ha nacido el
guindo, un guindito que inaugura el futuro jardín en el que el príncipe y la
princesa construirán su nuevo reino juntos.
Eva
Eva
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