miércoles, 21 de agosto de 2013

La princesa XXVI: Madres y princesas

Reír y llorar al unísono como cuando leo tus escritos, ¡me emocionan tanto! Quisiera siempre guardar algún secreto, para que siempre te sorprenda, para que nunca te canses de mis bromas o fantasías, para que dudes si soy o no soy una madre al uso. 

Te llenaré de besos y caricias, todos aquellos abrazos que no te di por querer ser una madre de libro y así fue como en tantas ocasiones el tiempo me brindó una hija secretaria, que ordenaba mis cosas, me las clasificaba y hasta me las reprendía. Pero veo, princesa que tu también quieres salir de ese libro escrito en el que educan a los niños-libros. 

lunes, 5 de agosto de 2013

La princesa XXV: Un poquito de ti



La caja estaba descolorida, ¡y vaya si lo estaba! ¡Tantos años guardando mis juguetes! Totalmente desteñida, sí, pero escondía tantos recuerdos que su ruinoso estado apenas me importó. No pude contener las lágrimas al encontrar bajo las telas una pequeña parte de mí. 


No recordaba que las madres suelen tener esas estúpidas manías de guardarlo todo, hasta lo más innecesario, por los siglos de los siglos, hasta que sus pequeñas princesas se sueltan de su mano y alzan el vuelo lejos de casa. Incluso entonces, las madres siguen guardando los restos de infancia de sus niñas, como si se tratara de simples fotografías plasmadas en papel dispuestas a ser revividas. 


Tengo que reconocer que lo que no sabía es que mi madre, en este caso concreto, estaba siendo “una madre al uso”.