Mañana tengo una cita y
como tú, yo también quiero que se realice mi sueño, una fantasía teatral que me
invade la cabeza, un cerebro aún lleno de quimeras, enrevesados laberintos sin
salidas, con miedos e inseguridades, una idea que ronda, un despertar que me
haga feliz.
Pero yo también tengo miedo y mis cucarachas han desaparecido y en
su lugar aparecen confusas telarañas. Enmarañadas en mi pelo me reconfortan,
porque es preferible esta música que el silencio insulso que a veces aparece.
El botón del triturador
está cerca, puedes apretarlo siempre que lo necesites, así que machaca a esos
bichos que pululan por palacio, destruye todas aquellas quimeras que ni
siquiera llegaron a triunfar como sueños, devora con tus pensamientos los malos
augurios y deja acariciarte con tus anhelos.
Podría contarte tantos
cuentos como días de tu existencia, podría relatar fantasías para tu futuro; pero no debo
adentrarme en tus pensamientos, ellos son tuyos y tú debes desenredarlos.
Acostumbrarse
al devenir de las vacilaciones no es fácil, pero tú, mi princesa, tienes las
flores del cactus que nacen cada año en el palacio de los reyes, tienes el
bufón del reino que está pendiente de tu tristeza y un rey silencioso
que te sonríe. Una reina que te adora, que querría adelantarse a tus pasos. A
tu lado, gozas también de unas manos que revolotean por tu cuerpo con la música del piano; pero ellos sólo te
acompañan, eres tú la que debes vagar con tu maleta, llenarla de deseos y cerrarla cuando creas.
Tus secretos son tuyos.
Detener el instante no
sirve, debes seguir caminando cada momento y no rendirte, los deseos deben
estar siempre presentes y cuando tu cabecita deje de sonar, pide que alguien
toque para ti.
Mamá
No hay comentarios:
Publicar un comentario