martes, 17 de septiembre de 2013

La princesa XXVIII: Yo también quiero


Mañana tengo una cita y como tú, yo también quiero que se realice mi sueño, una fantasía teatral que me invade la cabeza, un cerebro aún lleno de quimeras, enrevesados laberintos sin salidas, con miedos e inseguridades, una idea que ronda, un despertar que me haga feliz. 


 Pero yo también tengo miedo y mis cucarachas han desaparecido y en su lugar aparecen confusas telarañas. Enmarañadas en mi pelo me reconfortan, porque es preferible esta música que el silencio insulso que a veces aparece.


El botón del triturador está cerca, puedes apretarlo siempre que lo necesites, así que machaca a esos bichos que pululan por palacio, destruye todas aquellas quimeras que ni siquiera llegaron a triunfar como sueños, devora con tus pensamientos los malos augurios y deja acariciarte con tus anhelos. 

Podría contarte tantos cuentos como días de tu existencia, podría relatar  fantasías para tu futuro; pero no debo adentrarme en tus pensamientos, ellos son tuyos y tú debes desenredarlos. 

Acostumbrarse al devenir de las vacilaciones no es fácil, pero tú, mi princesa, tienes las flores del cactus que nacen cada año en el palacio de los reyes,  tienes el  bufón del reino que está pendiente de tu tristeza y un rey silencioso que te sonríe. Una reina que te adora, que querría adelantarse a tus pasos. A tu lado, gozas también de unas manos que revolotean por tu cuerpo con la  música del piano; pero ellos sólo te acompañan, eres tú la que debes vagar con tu maleta,  llenarla de deseos y cerrarla cuando creas. Tus secretos son tuyos.

Detener el instante no sirve, debes seguir caminando cada momento y no rendirte, los deseos deben estar siempre presentes y cuando tu cabecita deje de sonar, pide que alguien toque para ti.

Mamá

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